A cuatro
años de la ejecución de la Ley N° 20.084 de Responsabilidad Penal Adolescente
en Chile, se hace necesario analizar cómo diversos factores de riesgo
interactúan en la delincuencia juvenil. Conductas de riesgo a destacar, como el
abuso de alcohol y drogas, bajo rendimiento, fracaso o deserción escolar y
violencia.
Los
factores de riesgo más concurrentes pueden obedecer a un carácter individual,
como un bajo coeficiente intelectual, pobre capacidad de resolución de
conflictos, actitudes y valores favorables hacia conductas de riesgo,
hiperactividad y temperamento difícil en la infancia. Sin dejar de lado
factores familiares como una baja cohesión familiar, tener padres con
enfermedad mental, enfrentar violencia intrafamiliar en el hogar, estilos
parentales coercitivos, ambivalentes o permisivos, sumado todo ello a una
baja supervisión parental.
También
cuentan factores más bien colectivos, como lo son el grupo de pares -tanto
escolares y sociales-, como asimismo los factores socioeconómicos y culturales.
Entonces
el escenario resulta complejo. Nos encontramos con adolescentes que enfrentan
un bajo apoyo del profesorado, un bajo apoyo parental, alienación y violencia
escolar, bajo apoyo comunitario y –consecuencialmente- estigmatización y
exclusión de actividades comunitarias, sumado a vivir en condición de pobreza.
La
comisión de delitos es un fenómeno complejo y multicausal, y se hace necesaria
la incorporación de diferentes actores, desde lo más micro como es la familia,
hacia lo más macro como es la necesidad de políticas públicas preventivas
efectivas en materia de delincuencia juvenil, que incorporen variables
socio-culturales.
No hay
que desconocer que así como se visualiza la influencia de variables
macrosociales e individuales de riesgo, también es posible considerar las
capacidades de muchos adolescentes, quienes a pesar de las adversidades logran
desarrollar este tipo de problemáticas a través de la resiliencia, que es “la
capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y
salir de ello fortalecido o incluso transformado” (Arguello, 1999).
ABRAHAM ALEXIS CORDOBA SANCHEZ
No hay comentarios.:
Publicar un comentario